Yo era el número 11 en mi equipo de baloncesto en Mérida.
En el deporte, como en la vida y en los negocios me he dado cuenta que hay que tener un objetivo realista.
En esa época, era intentar acabar el partido con más de 3 en la pista. Éramos algo duras en nuestro juego y nos eliminaban a base de faltas.
Antes de empezar la liga, el entrenador buscaba la mejor estrategia de equipo y se intentaba por encima de todo conseguir el objetivo, ya fuese ganar la liga o mantenerse en segunda división.
Yo, individualmente, también tenía objetivos.
Quería mejorar mi tiro libre, pues me quedaba después de entrenar otra hora más practicando.
Tenía que mejorar mi fondo físico, pues me iba con mi compañera Mercedes, alias «Chicho», a correr en nuestros días libres.
Pues con tu negocio es lo mismo.
Traza tu objetivo anual primero. Puedes diseñar un plan trimestral con pasos a seguir para que resulte más controlable.
Y plantea una estrategia de contenidos acorde a ese objetivo.
Y ahora me dirás…
Pero es que no tengo tiempo…
Pero es que pueden surgir imprevistos que no me dejan cumplir la agenda diaria.
Cierto. no somos máquinas ( ahora pegaría el meme viral de David Bisbal, pero me niego)
Hay que tener una visión más global.
Es como mirar una jugada de baloncesto desde la grada.
Desde arriba te das cuenta de si la jugada es efectiva.
Esa visión te permite corregir errores y elegir bien cada paso siguiente.
Pues en tu negocio igual, párate y mira desde una perspectiva más alta. Mira más allá.
¿Qué quieres conseguir?
¿Cómo lo vas a hacer?
Hoy, por ejemplo, he cambiado el artículo que iba a publicar por este.
Todo ha sido después de tomar un café con otras empresarias (el término emprendedora ya me está aburriendo un poco).
La verdad, me gusta asistir a este tipo de eventos porque aparte de socializar (si trabajas en casa sabrás de qué te hablo) como buena copy que soy me encanta escuchar.
Creo que escuchar a los demás es un acto de generosidad.
Y siendo una buena “escuchadora” se pueden captar grandes titulares.
Y parece que vender da miedo.
No queremos resultar pesadas o vender a las claras, porque eso no queda bien.
La leche…
Yo no sé, pero parece que nos alimentamos del aire y no necesitamos ganar pasta.
Pero yo he montado un negocio para ganar dinero e intentar construir la vida que quiero.
Y para eso no hay que tener miedo a vender.
El miedo a vender es una cosa y la otra, es la falta de tiempo y objetivos a largo plazo.
Siempre se ha dicho que no se puede construir una casa por el tejado.
Pues hay empresas que crean un negocio empezando por su perfil de Instagram.
Sin un objetivo, sin estrategia de venta, sin una propuesta de valor que la diferencie de la competencia.
En Instagram no es que sea difícil vender, lo difícil es sonar diferente al resto.
Opino que tener un objetivo anual y un plan trazado es esencial para crear un negocio duradero.
Y sí, hay que vender constantemente.
A todas horas.
De todas las maneras posibles.
¿Cómo?
Con estrategia y copywriting.
Para eso sí te puedo ayudar.
